Los pájaros dejaron atrás un bosque de muerte. Tendrían que haber sabido que las aves decorativas son el monstruo más peligroso. Era historia, cultura de los videojuegos.
[Tus acciones han traído muerte a 1024 personas]
[Has completado la misión El Camino de las Sombras]
[Calculando la recompensa de la misión...]
Glob suspiró. Había sido demasiado sencillo engañar a todos aquellos jugadores. Había sido aburrido. A sus 115 años había hecho todo lo que podía hacerse en el lado de luz. El más grande héroe de todos los tiempos, herrero, granjero, comerciante... Había vivido más roles que un veterano actor de teatro. Quiero nuevos horizontes. La sensación de estar jugando por inercia hacía años que le perseguía.
[Puedes cambiar tu clase a El Señor de las Sombras, nigromante legendario] [Sí] [No]
La recompensa apareció en su campo de visión. Aceptó, no tenía más opción que aceptar. El aburrimiento le estaba comiendo la vida.
Miro la lista de sus nuevas habilidades. Una sonrisa torcida se dibujó en su cara.
Subió a una roca desde la que se dominaba la matanza del bosque. Había llegado el momento de abrir nuevos horizontes. Abrió la boca:
"¡Rise!"
@AlbertAntunez
—¡Alzaos, mis secuaces!
La nigromante estiró los brazos y llamó a su lado a las marionetas que una vez le pertenecieron. Huesos y polvo temblaron, y poco a poco comenzaron a levantarse.
Ella sonrió. Era la hora de la venganza.
@Athalias_
Él había sentido desde niño el poder que surgía de la tierra y, esa misma fuerza, le había consumido hasta el punto de hacer arder el mundo. Mas los antiguos dioses se despertaron decididos a acabar con él en el último atardecer del mundo. Tras aquel ocaso, comenzaría un nuevo mundo o todo moriría.
Tirano me llamaron, cuando les regalé la libertad. Me tildaron de megalómano, al tratar de unir al mundo en paz. Y soberbio me apodaron, por tratar de imponer la verdad. Yo, que todo lo hice por ellos -los incultos, los vulgares, y los ineptos- solo recibí a cambio de mi generosidad y sabiduría, la más vil de las traiciones. Ellos me mataron, pensando que la muerte me retendría eternamente; pobres ignorantes. Ahora he vuelto, así que regocijaos, aunque esta vez no pienso ser tan bueno y amable.
El graznido inusual de los cuervos despertó a la compañía vigilante. Habían acechado la Roca de los Rituales durante siete noches, y ahí al fin se alzaba ella, la Dama del Último Crepúsculo, dispuesta a perturbar las almas que descansaban más allá. Pero los guerreros no lo permitirían, se opondrían a su alzamiento, o... al menos esa era su intención. Ahora que la contemplaban, flaqueaban las fuerzas y medraban los temores. ¿Darían la talla, como prometieron, o sería este el lugar de su último aliento?
"Alcen sus lanzas. Dejen que el Dios del Alba bendiga sus puntas. Nunca más sentiremos temor. Estas tierras nos pertenecen"
No importaba que el ejército a quienes se enfrentaba fuera de cien a uno. El sacerdote tenía razón: aquel sería el último día de su opresión. Pues no hay nada más liberador que el violento toque de la muerte.
Pronunció las palabras y los cadáveres se alzaron de nuevo. El cielo se tiñó de negro y comenzó a llorar lágrimas de sangre, sangre de inocentes.
¿Cómo se mata lo que no tiene vida? ¿Cómo se detiene lo imparable?
La magia es un arte que, como cualquier otro, se aprende a base de errores. A veces un bosque entero sufre el proceso de aprendizaje.
@LibertadVillada
—Muy profundo en el bosque, en mitad de un claro de muerte, habita un ser despiadado al que puedes recurrir. Pero no te saldrá gratis.
La mujer tragó saliva, intentando liberar su agarrotada garganta, y obligó a su voz a no temblar:
—¿Cuál es el precio?
El árbol calló un momento en el que ella no escuchó más que los latidos de su corazón.
—¿Qué es lo que más te importa?
Parecía conocer la respuesta, y la mujer no se sorprendió con la pregunta. Una lágrima resbaló por su mejilla y ella se apresuró a limpiarla.
—Estará a salvo —se consoló.
—No lo volverás a ver —advirtió el árbol.
—Estará a salvo —se repitió ella.
@Lucy_Valiente_
Sintió que el mundo se movía más lento, la magia entrar por sus poros y darle energía. Vio a las plantas alzarse hacia él. Vio a su amigo frente a él, con una sonrisa mientras lo miraba. Esperaban alzarse con el poder de su reino, y llevar la paz con ellos. Todo había empezado.
Caminaron por el sendero de vuelta a la ciudad, mientras el mundo vibraba. Su mundo estaba respondiendo a sus ruegos y súplicas. Los dos llegaron al castillo, uno alzó las manos y el otro, sin poder, sacó su lanza y se puso tras él cubriéndose las espaldas. No iba a ser fácil.
Pero allí se encontraban y no había marcha atrás, escucharon los gritos del rey y de su hija, odiados por tantos y queridos por muy pocos. Que hallan desatado un horrible caos esos años. Eran su familia, su tío y su prima, pero nunca había hablado. Y se odiaban con pasión.
Al cabo de lo que parecieron horas, los gritos cesaron y los ciudadanos salieron a ver que había pasado. Le vieron alzando las manos junto a varios caballeros heridos a sus pies y supieron quién era. Le miraron sonrientes, mientras el rey y su hija aparecían por la puerta.
Él los miró, estaban heridos y cansados, pero querían luchar. Tras unos segundos, se acercaron a hablar. Les ofreció marcharse con vida y dejarle el reino, se negaron. Les ofreció oro y una vida próspera, la hija dudó y el rey se negó. Al final la hija se había marchado.
Y el rey se había quedado solo, negando cada ofrenda. Su hija tendría una vida próspera y feliz gracias a su trato con ella. Pero el rey y su sobrino se miraron, le clavó la corona en la piel y le salieron gotas de sangre. Después le miró, asustado, y cayó. El nuevo rey se alzó.
El pueblo guardó silencio unos minutos y a continuación sonrió, y los días siguientes fueron de felicidad. El nuevo rey tenía bondad y era paciente y alegre. Les llevó prosperidad y los ciudadanos lo adoraron durante casi un siglo.
El atardecer era propicio y el nigromante estaba listo. Comenzaría el ritual de la tierra y los gusanos. La única verdad. Atrás, el cielo con sus rayos impolutos y arrogantes. Delante, el calor de los huesos pútridos y la sangre infecta. “Ea” pronunció y la carne se movió.
"Reuníos, portadores de la plaga, bañad el viento con vuestra marea oscura y dad comienzo a la cosecha."
De nuevo desperté entre gritos y llantos, de nuevo ese maldito sueño se había apoderado de mi mente. Los ojos de aquel que una vez caminó entre los vivos, de aquel a quien amé hasta su último suspiro, otearían el horizonte hasta consumirse fruto de la putrefacción, abandonado, sumido en la oscuridad del olvido...
Se contaban por cientos los hermanos que volaban alrededor de la bruja humana. No podían evitarlo, una magia más antigua que ellos mismos los ataba y los obligaba. Giraban en un embudo que empezaba por encima de los árboles más altos y se estrechaba hasta su boca abierta.
Allí iban cayendo uno tras otro, un pozo sin fondo que los aspiraba para absorber todo su poder.
Cuando el último de ellos había sido engullido, la bruja cerró su boca llena de colmillos y eructó tan fuerte que los árboles del bosque se movieron.
—¡Hoy temblará el rey Estéfano! —chilló con voz estridente y un aliento de ultratumba—. Esta noche el reino sufrirá por sus desprecios y su hija recién nacida será maldita para siempre.
Devastación, desolación, muerte... El acólito de raíces no lograba asimilar la gravedad de lo ocurrido. Ya no quedaba nada que proteger, ningún terreno sagrado, ningún aliado. Su marcha había ocasionado aquello y, con los brazos extendidos al aire, suplicó correr su misma suerte.
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