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Telón Descubierto - “Ecos del Pasado 1: La danza del fuego” de Leila Bentahar Palate

 



Presentación:

· Título: Ecos del Pasado I: La danza del fuego

· Autora:  Leila Bentahar Palate

· Género: Fantasía épica

· Editorial: Círculo Rojo

· Año: 2016

· Saga: Ecos del Pasado#1

· Páginas: 448 páginas

· Enlace de compra: https://editorialcirculorojo.com/ecos-del-pasado-i-la-danza-del-fuego/

Sinopsis

Pocos son los hombres que saben de la existencia de los orbes, poderosas armas creadas por los dioses terminantemente prohibidas para cualquier mortal.

Sin embargo, el aparente equilibrio pactado entre las divinidades se ve amenazado cuando vuelve a despertar el ser que fue más poderoso que los dioses.

En un mundo donde han regresado los tribales rituales de sangre, los dioses se ahogan en su propia sed de poder y los hombres se dejan engañar por sus propias mentiras, la muerte resurge como única forma de salvación…

La última Era de los Elementales comienza esta noche, en la que una joven amnésica despierta de un sueño olvidado para adentrarse en otro repleto de horrores.

Maldecida por su codicia olvidada, el lenguaje de la magia parece volverse en su contra. Solo los ecos de su pasado conocen su sino; pero únicamente ella decidirá si lo alcanzará a través del camino de la sabiduría y la fuerza… o de la envidia y la demencia.

Influencias:

En este punto, toma la voz la autora

Me ha influido mucho David Gemmel, un autor que ha escrito muchas novelas épicas y fantásticas, entre ellas una adaptación de La Iliada, y que es un autor que me encanta. Me gusta mucho también Margaret Weis, que es una de las autoras de Dragonlance. Digamos que más que los autores en sí me influyen mucho las historias, por los cual estos dos autores me gustan mucho y… así autores no me vienen ahora mismo a la mente que tengan que ver con la fantasía.

Realmente influir… mis influencias no tienen porque ser de novelas. A mí me ha influido mucho el cine también, los videojuegos me han influido muchísimo. Me encantan los videojuegos desde pequeña y es algo que ha marcado mucho mi personalidad y mi forma de ver las cosas, por lo tanto, los videojuegos sin duda. ¿Cuáles? Sobre todo, los de rol, hay uno que se llama Dungeon Siege 2. Ese juego creo que la música del menú de introducción, el protagonista principal, la magia que controla; todo eso ha influido mucho en Claire a día de hoy, pero que se conocerá mucho mejor en la tercera novela de la saga. Ese juego en concreto ha sido mi punto de partida de formar el personaje, un videojuego que jugué a los 12-13 años.

¿Qué puedes encontrar?

El inicio de un conflicto más allá de la imaginación

La trama de la historia no es sencilla ni se hace fácil, al contrario: promete secretos y aventuras que son imposibles de anticipar; en otras palabras: será imposible adivinar qué es lo que pasará a continuación, ya sea por la velocidad de la acción, la cantidad de subtramas abiertas o lo variable que es el centro de atención narrativo. Todo eso y mucho más logran un efecto más que admirable, nada menos que un continuo viaje por un mundo nuevo y desconocido.

La presencia de personajes de toda índole

Como ocurre en muchas historias de fantasía, la historia nos presenta a personajes de ambos planos de la existencia: por un lado, los mortales, aquellos que sufren y luchan, que viven y mueren constantemente, cuya perdida apenas simboliza nada para el equilibrio del mundo; por otro lado, los dioses conocidos como Elementales, seres antiguos y de inconmensurable poder, eternos en su existencia y limitados por su número, un panteón perfecto.

El hecho de poder seguir las vivencias de unos y otros no solo es maravilloso mediante la lectura, también quedan patentes las diferencias y semejanzas entre ellos, la importancia de unos valores y la imposibilidad de otros. Conocer a cada personaje es un reto, ver hasta dónde pueden llegar… ¿quién sabe?

Una trama dominada por las pasiones y las emociones en estado puro

Soy muy fan de las historias con un alto nivel emocional, esas increíbles narraciones en las que todo se mueve por ellas y que, más pronto que tarde, acaban por desencadenar el conflicto o provocar que este se estanque por completo. Ecos del Pasado 1: La danza del fuego no solo tiene ese nombre por capricho, sino que la verdad más pura está encerrada en el título. Después de todo, ¿qué es más impredecible y pasional que la llama de la vida?

Preguntas a la autora:

¿Cómo descubriste que querías crear la historia?

Todo empezó ahí, enlazado directamente con lo anterior. A ver, yo empecé muy jovencita, la idea germinó a los 12 años. Recuerdo que jugaba con mi vecina a las muñecas y luego ya yo sola sentía que eso de jugar a los “papás y las mamás” me parecía un rollazo (yo nunca le he visto el interés a jugar eso). A mí me gustaba crear historias, solían ser asesinatos, bailes en los que había que escapar, cosas así; pero sí hubo un momento en que tenía una muñeca con ropa de cuero y de repente dejó de ser una muñeca para ser una mercenaria, que cumplía contratos, hacía misiones y era amnésica. Era una mercenaria con corazón duro, frío, un robot; y todo esto en un ambiente épico-fantástico, no era el siglo XXI… y entonces esta mercenaria se enteró de que había un objeto, un artefacto en lo alto de un monte que si lo obtenías te concedía un deseo, el que tú quisieras, y entonces ella se dijo “a lo mejor, gracias a ese deseo puedo recuperar mis recuerdos”.

Entonces empieza la aventura, las peripecias de esta mercenaria seguida de un acompañante, la chica tonta que muestra el lado inocente, y luego un chico que está enamoradillo de la chica alegre y van los tres por el mundo salvando situaciones hasta que llegan al monte… y todo empezó ahí, un poco como los juegos de rol, que tienes ahí tu grupito de jugadores (el mago, el guerrero, el pícaro, el elfo y tal; en mi caso no hay elfos), pero eso, haces un grupo que se va ampliando para cumplir la misión principal, que en este caso es encontrar el objeto, que en mi mente era una pluma, una especie de objeto muy liviano. Claro que, evidentemente, otras personas ambicionaban ese objeto y que les concedieran su deseo, y ahí… bueno, no voy a contar más porque sería spoiler, pero ahí surgió todo.

Empecé a esa edad con un primer intento, pero no estaba contenta con el resultado, no me sentía satisfecha, no sabía expresarme bien y ahí lo dejé, a los 13 años. No fue hasta 10 años después, hablando con un amigo, que le comenté que había escrito unas cosas y estaba escribiendo poesía. Gracias a que me dijo que lo intentase, volví a escribir a los 22-23 años y salió la primera novela, y aquí estoy.

¿El sistema de dioses fue difícil de desarrollar? ¿Por qué dioses y no ángeles o cualquier otra entidad?

La verdad, no demasiado porque me inspiré mucho en la mitología griega (me fascina) y mira, eso sí, me influye la mitología griega. Yo tenía muy claro que tenía que ser muy equitativo, 3 hombres y 3 mujeres. En cuanto a las magias, me surgió la idea así, a bote pronto, no le di muchas vueltas.

Lo mismo con los personajes, los hay que son caricaturescos: tenemos la magia negra o magia oscura en Finala, que es una mujer turbulenta, un poco oscura, como su magia; Drian que es de los océanos, pues al final el agua es algo escurridizo, algo violento, traicionero; la tierra es regional, fuerte, serena, pero también terrible por sus temblores, como Melthes, que es un poco verde, envidioso; luego tenemos a Kuran, el fuego, que es ardiente, un poco juguetón y es egoísta; con Duphina lo tenía muy claro, tenía que ser alguien firme, disciplinada, y nada mejor que el frío acero (no quería nada de la nieve o de los elementos, no quería algo típico). Luego tenemos a Vienna, representando el mundo onírico, ese lado espiritual, el lado de la ceguera (me pareció poético hablar de alguien que al ser ciega no veía el mundo físico, pero si veía todo lo demás).

Tenía muy claro que tenían que ser dioses porque me encanta la mitología y también porque quería plantear en la historia el tema de qué es un dios, qué significa, por qué son omnipresentes, qué les define como tal… Quería unos entes que fueran todo para la gente, que fuesen dominantes, porque al final un poco la idea en la novela es que, a diferencia de la vida real en la que no conocemos a dios, al final los Elementales (dioses de la historia) se manifiestan de vez en cuando y se hacen visibles si así lo desean, sabes que están ahí y pueden ayudarte o castigarte. Es un poco como “sé que los dioses están ahí, ¿puedo cuestionarme su existencia?” y ya vas a otro nivel, te cuestionas el hecho de que sean dioses o personas tremendamente poderosas. Por eso quise crear dioses y no cualquier otra clase de entidad.

¿Hay algún personaje con el que tendrías una relación de cualquier tipo?

A ver, tenemos a Alvan, nuestro querido nigromante, que a mí me encanta en lo personal y sé que caería. Es seductor, típico hombre inteligente, brillante y manipulador que sabe a lo que va, sabe lo que quiere y controla, que tiene ese lado siniestro que atrae a las jovencitas.

Otro tipo de relaciones sería con Derek, otro sujeto que sería interesante conocer. Saeeva me encanta, es muy pasional en lo que hace y al final me representa en este aspecto (evidentemente, escribí yo la novela y todos los personajes tienen una pequeña parte de mí).

En cuanto a los dioses, no me mezclaría con ninguno y eso lo tengo muy claro. A ver, relación… no diré si quisiera tener relación familiar con alguno de ellos. Por otra parte, como figura paternal sí señalaría a Igvar.

Cita del libro:

«Vivimos en un mundo donde el individualismo es lo más práctico, lo inevitable para sobrevivir. No podemos permitirnos preocuparnos por los que quedan atrás. «Alabamos a nuestro dios y vivimos para servirlo», o eso se dice, pero ¿quién cree realmente en esas palabras? Lo que nos rodea no nos interesa salvo que nos beneficie en algo; la vanidad es nuestro mayor pecado. Nosotros somos nuestros propios dioses, así de claro»

Enlace de la reseña en “El hogar del soñador”:

https://thehomeofthedreamer.blogspot.com/2020/12/resena-ecos-del-pasado-i-la-danza-del.htmlza-del.html

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